En esos días, Jesús caminaba por los campos de grano en el día Sábado. Sus discípulos tenían hambre, así que comenzaron a recoger espigas y a comérselas.
Les he dicho todo esto a fin de que tengan paz porque ustedes son uno conmigo. Ustedes sufrirán en este mundo, pero sean valientes— ¡Yo he derrotado al mundo!”
“Entonces, ¿por qué ustedes quieren oponerse a Dios y colocar sobre los creyentes cargas que nuestros padres no fueron capaces de soportar, y que nosotros tampoco podemos?