Cuando lleguen a una casa, dejen bendición en ella.
Que allá paz dentro de tus muros, y seguridad dentro de tu fortaleza.
En nombre de mi familia y amigos, diré ahora, “Que estés en paz”.
“Tanto si escuchan como si no, pues son un pueblo rebelde, se darán cuenta de que ha llegado a ellos un profeta.
Donde vayan, cualquiera sea la ciudad o aldea, pregunten por alguien que viva conforme a buenos principios, y quédense allí hasta que se marchen.
Si esa casa la merece, dejen su paz en ella, pero si no la merece, la paz regresará a ustedes.
Ustedes conocen el mensaje que Dios envió a Israel, compartiendo la buena noticia de paz que viene de Jesucristo, quien es Señor de todos.
De modo que somos embajadores de Cristo, como si él rogara por nosotros: “Por favor, vuelvan a él y sean sus amigos”
Espero verte pronto para que hablemos cara a cara. ¡Que la paz esté contigo! Los amigos que están aquí te envían sus saludos. Te ruego que saludes personalmente, y por nombre, a nuestros amigos de allá.
Díganle: ‘¡Te deseo una larga vida! Paz a ti y a tu familia, y que todo lo que hagas prospere.