“¿Dónde podría alguien encontrar suficiente pan para alimentarlos aquí, en este desierto?” respondieron sus discípulos.
El oficial que era ayudante del rey le dijo al hombre de Dios: “¡Aunque el Señor abriera ventanas en el cielo no podría suceder lo que tú dices!”. Eliseo respondió: “Lo verás con tus propios ojos, pero no podrás comer nada de eso”.
“¿Dónde podríamos encontrar suficiente pan en este desierto para alimentar a semejante multitud tan grande?” respondieron los discípulos.
pues no habían entendido el significado del milagro de la alimentación de la multitud por su terquedad y por la dureza de sus corazones.
Si los despido sin comer, se desmayarán en el camino. Y algunos han venido desde muy lejos”.
“¿Cuántos panes tienen?” preguntó Jesús. “Siete”, respondieron ellos.