¿Acaso no tienen ojos para ver y oídos para oír?
Que sus ojos queden ciegos y no puedan ver. Que sus espaldas se encorven de abatimiento.
¡Qué ignorantes son, qué tontos! Sus ojos han sido tapados para que no puedan ver, sus mentes cerradas para que no tengan entendimiento.
Escuchen esto, pueblo necio y estúpido, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye.
“Hijo de hombre, vives entre gente rebelde. Tienen ojos para ver pero no ven, y oídos para oír pero no escuchan, porque son gente rebelde.
de modo que aunque pueden ver, en realidad no ‘ven,’ y aunque pueden oír, no entienden, de lo contrario podrían convertirse y ser perdonados”.
“Él cegó sus ojos, y oscureció sus mentes a fin de que sus ojos no vieran, y sus mentes no pensaran, y no se volvieran a mí—porque si lo hacían, yo los sanaría”.
Como dice la Escritura: “Dios opacó sus mentes para que sus ojos no pudieran ver y sus oídos no pudieran oír, hasta el día de hoy”.
Pero hasta ahora el Señor no les ha dado mentes que entiendan, ni ojos que vean, ni oídos que oigan, diciendo:
¿No recuerdan que les dije todo esto cuando todavía estaba con ustedes?
Por eso siempre les recuerdo estas cosas, aunque ya ustedes las saben, y están firmes en la verdad que tienen.