El Señor dice: “Este pueblo viene a alabarme con sus palabras, y me honran con sus labios, pero sus pensamientos están muy lejos. Su culto a mí sólo consiste en que siguen reglas que la gente les ha enseñado.
Ustedes han dicho: “¿Qué sentido tiene servir a Dios? ¿Qué beneficio hay en guardar sus mandamientos o en presentarse ante el Señor Todopoderoso con caras largas?
Así que, mis queridos hermanos y hermanas: sean fuertes, permanezcan firmes, haciendo todo lo que puedan por la obra del Señor, pues saben que ninguna cosa que hagan por él es en vano.
Evita las discusiones insensatas sobre linajes. No entres en contiendas y evita las discusiones sobre las leyes judías, pues tales discusiones son vanas y no sirven para nada.
Declaro solemnemente a todos los que escuchan las palabras proféticas de este libro, que si alguno añade algo a estas palabras, Dios le enviará las plagas descritas en este libro.