Entonces Jesús se fue de allí hacia la región de Tiro. Él no quería que nadie supiera que estaba quedándose allí en una casa, pero no pudo mantenerlo en secreto.
A los que tienen mentes puras, todo les parece puro; pero para los que son corruptos y se niegan a creer en Dios, nada es puro. Porque tanto sus mentes como sus conciencias están corrompidas.