Pero cuando los embajadores de los gobernantes de Babilonia se acercaron a él para preguntar por la señal milagrosa que había sucedido en el país, Dios lo dejó para que lo pusiera a prueba, para conocer el verdadero pensamiento de Ezequías.
Dirigí mis pensamientos a descubrir, investigar y averiguar más sobre la sabiduría y lo que tiene sentido. Quería saber más sobre lo estúpido que es el mal y lo ridículo que es ser un insensato.
Te hemos desobedecido y negado, Señor; hemos dado la espalda a nuestro Dios. Hemos fomentado la opresión y la rebelión, diciendo mentiras que hemos pensado cuidadosamente.
Corren para hacer el mal; se apresuran a asesinar a inocentes. Sus mentes están llenas de pensamientos pecaminosos; sólo causan estragos y destrucción.
Todo muro que se interpone contra el conocimiento de Dios es derribado. Todo pensamiento rebelde es capturado y conducido a un acuerdo de obediencia a Cristo.
No tengan malos pensamientos como: “Se acerca el séptimo año en el que se cancelarán las deudas”, para despreciar a los pobres con burlas y rehusarse a darles algo. Ellos se quejarán de ti ante el Señor, y serás hallado culpable de pecado.
El hombre más bondadoso y sensible de entre ustedes se negará a compartir su comida con su hermano, con la mujer que ama y con los hijos que le quedan.
La mujer más amable y sensible de entre ustedes, tan amable y sensible que no iría nunca descalza por el suelo, se negará a compartir su comida, ni a su bebé recién partido, con el marido que ama, nicon su propio hijo e hija.
Jóvenes, hagan lo que los ancianos les dicen. Sin duda deberían todos servirse unos a otros con humildad, porque “Dios aborrece a los orgullosos, pero obra en favor de los humildes”.