“¿Ustedes tampoco lo entienden?” les preguntó. “¿No ven que lo que ustedes comen no es lo que los vuelve impuros?
No es lo que entra por la boca lo que los contamina, sino lo que sale de ella”.
¿No se han dado cuenta aún de que yo no hablaba sobre el pan? ¡Cuídense de la levadura de los Fariseos y los Saduceos!”
“¿No entienden este relato?” les preguntó Jesús. “Si no pueden entenderlo, ¿cómo podrán entender todos los demás?”
Entonces Jesús entró para alejarse de la multitud, y sus discípulos le preguntaron sobre esta ilustración.
Lo que comen no entra en sus mentes, sino en sus estómagos, y luego sale del cuerpo. Así que todos los alimentos están ceremonialmente ‘limpios’.
Entonces Jesús les dijo: “¡Ustedes son tan necios! ¡Cuán lentos son para creer en todo lo que los profetas dijeron!
“Tu eres un maestro famoso en Israel, ¿y aún así no entiendes tales cosas?” respondió Jesús.
Les di a beber leche, y no pude darles alimento sólido porque no estaban listos para ello.
Hay mucho que decir acerca de Jesús, y no es fácil explicarlo porque ustedes parecen no entender.