Mientras subían, la gente enseguida reconoció a Jesús.
Los que conocen tu carácter confían en ti, porque no abandonas a los que a ti vienen.
Tras haber cruzado el Mar, llegaron a Genezaret y allí anclaron la barca.
Y corrían por todas partes en la región para traer los enfermos en sus camillas hasta el lugar donde Jesús estaba.
Después que sucedió esto, todos los demás enfermos de la isla venían y eran sanados.
¡Quiero conocerlo verdaderamente, y al poder de su resurrección, tener parte en su sufrimiento y ser como él en su muerte,