“Vengan conmigo, solo ustedes. Iremos a un lugar tranquilo, y descansaremos un poco”, les dijo Jesús, pues surgían tantas cosas por todas partes que ni siquiera tenían tiempo de comer.
Cuando Jesús escuchó la noticia, se fue lejos en una barca a un lugar tranquilo para estar solo, pero cuando la multitud supo dónde estaba, lo siguieron a pie desde las ciudades.
Pero el hombre que había sido sanado se fue y le contó a todos lo que había ocurrido. Como resultado de ello, Jesús ya no podía ir más a las ciudades abiertamente, sino que tenía que quedarse en el campo, donde las personas venían a buscarlo desde todas partes.