Entonces la hija de Herodías llegó y comenzó a danzar para ellos. Herodes y los que estaban comiendo con él estaban deleitados por su presentación, así que le dijo a la niña:
Bajo la influencia del vino, Belsasar ordenó a sus siervos que trajeran las copas y los cuencos de oro y plata que su padre Nabucodonosor había tomado del Templo de Jerusalén para que él y sus nobles, sus esposas y concubinas, bebieran de ellos.