Pues Jesús ya le había dicho al espíritu maligno que saliera del hombre.
Jesús interrumpió al espíritu malo diciéndole: “¡Cállate! Sal de él”.
Y con voz alta gritó: “¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, hijo del Dios Todopoderoso? ¡Jura por Dios que no me torturarás!”
Entonces Jesús le preguntó: “¿Cuál es tu nombre?” “Mi nombre es Legión, ¡porque somos muchos!” le respondió.
Y siguió haciendo esto por varios días. Pero esto molestó a Pablo, así que se dio vuelta y le dijo al espíritu: “¡En el nombre de Jesucristo te ordeno que salgas de ella!” Y el espíritu salió de ella inmediatamente.