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Referencias Cruzadas
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Marcos 5:7

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Y con voz alta gritó: “¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, hijo del Dios Todopoderoso? ¡Jura por Dios que no me torturarás!”

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29 Referencias Cruzadas  

Me aseguraré de que tú y tus hijos, así como la mujer y sus hijos sean enemigos. Uno de sus hijos aplastará tu cabeza, y tú herirás su talón”.

Pero el rey le dijo: “¿Cuántas veces tengo que hacerte jurar que sólo me dirás la verdad en nombre del Señor?”

Efraín, ¿hasta cuándo tendré que advertirte sobre la idolatría? Ya he contestado y ahora espero. Soy como el árbol siempre verde, y de mí nace tu fruto.

“Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios viviente”, respondió Simón Pedro.

Pero Jesús se quedó en silencio. El sumo sacerdote le dijo a Jesús: “En nombre del Dios vivo, te coloco bajo juramento. Dinos si eres el Mesías, el Hijo de Dios”.

El tentador vino y le dijo: “Si realmente eres el hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan”.

Y ellos gritaban: “¿Qué tienes que ver con nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a torturarnos antes de tiempo?”

“Jesús de Nazaret, ¿por qué nos molestas?” gritaba. “¿Has venido a destruirnos? ¡Yo sé quién eres! ¡Tú eres el Santo de Dios!”

Pero Jesús permanecía en silencio y no respondía. Así que el sumo sacerdote le preguntó de nuevo: “¿eres el Mesías, el Hijo del Dios bendito?”

Cada vez que los espíritus malos lo veian, caían frente a él y comenzaban a gritar: “¡Tú eres el Hijo de Dios!”

Al ver a Jesús desde la distancia, corrió y se arrodilló frente a él.

Pues Jesús ya le había dicho al espíritu maligno que saliera del hombre.

Él será muy grande, y será llamado el Hijo del Altísimo. El Señor le dará el trono de David su padre,

“¿Qué quieres con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: ¡El Santo de Dios!”

No. Amen a sus enemigos, háganles el bien, y presten sin esperar que les paguen. Entonces recibirán una gran recompensa, y ustedes serán los hijos del Altísimo, porque él es bueno con los ingratos y los malvados.

Cuando vio a Jesús gritó, se lanzó a los pies de Jesús y le preguntó en voz alta: “¿Qué quieres conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Por favor, no me tortures, te lo ruego!”

Pero estas cosas están escritas aquí para que ustedes puedan creer que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y que al creer en quien él es, ustedes tengan vida.

Esta chica siguió a Pablo y al resto de nosotros por todos los lugares, gritando: “Estos hombres son siervos del Dios Todopoderoso. ¡Ellos dicen cómo se puede ser salvo!”

Y ciertos judíos que iban por ahí haciendo exorcismos, decidieron usar el nombre del Señor Jesús cuando sacaban a los espíritus malignos. Y decían: “Te ordeno que salgas en el nombre de Jesús, del que habla Pablo”.

A medida que continuaban el camino, llegaron a un lugar donde había agua. Entonces el eunuco dijo: “Mira, aquí hay agua, ¿por qué no me bautizas?”

El Dios de paz pronto quebrantará el poder de Satanás y lo someterá a ustedes. Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con ustedes.

Y como los hijos tienen en común carne y sangre, él participó de su carne y sangre del mismo modo, para así destruir por medio de la muerte a aquél que tiene el poder de la muerte—el diablo—

Melquisedec fue rey de Salem y sacerdote del Dios Supremo. Conoció a Abrahán, quien venía de regreso después de haber derrotado a los reyes, y lo bendijo.

¿Tú crees que Dios es un solo Dios? Eso es bueno, pero los demonios también creen en Dios, ¡y se aterran de él!

Porque Dios no perdonó ni siquiera a los ángeles cuando pecaron. Sino que los lanzó al Tártaro, manteniéndolos en pozos de oscuridad, listos para el juicio.

Los que pecan son del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. Por eso vino el Hijo de Dios, para destruir lo que el diablo ha hecho.

Incluso a los ángeles que estaban inconformes con las posiciones que Dios les había dado y que abandonaron sus debidos sitios, él los ha puesto eternamente en cadenas de oscuridad hasta el gran Día del Juicio.

“¡Así que celebren, cielos, y todos los que allí habitan! Lloren, tierra y mar, pues el diablo ha descendido a ustedes y está muy enojado, sabiendo que su tiempo es corto”.




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