Entonces la madre de Jesús y sus hermanos llegaron. Lo esperaron afuera y mandaron a alguien para que le pidiera que saliera.
Cuando la familia de Jesús escuchó acerca de esto, fueron a buscarlo para llevárselo, porque decían, “¡se ha vuelto loco!”
(Jesús dijo esto porque ellos decían: “Él tiene un espíritu maligno”).
La multitud que estaba sentada afuera le dijo: “Tu madre y tus hermanos están allá afuera preguntando por ti”.