pero el séptimo día es el sábado para honrar al Señor tu Dios. En este día no debes hacer ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo o hija, ni tu esclavo o esclava, ni el ganado, ni el extranjero que esté contigo.
Seis días podrán trabajar, pero el séptimo día será un día de descanso, santo para el Señor. Cualquiera que trabaje en el día de descanso debe ser asesinado.
En cuanto a los extranjeros que se han consagrado al Señor, que lo adoran, que aman al Señor y que son sus servidores, todos los que observan el sábado sin violarlo y que cumplen mi acuerdo,
Si se aseguran de no quebrantar el sábado haciendo lo que les place en mi día sagrado, si dicen que el sábado les produce placer y que el día del Señor debe ser honrado, y si lo honran dejando de lado sus propias costumbres, no haciendo lo que les place y evitando las charlas cotidianas,
Cuando los líderes religiosos de los Fariseos vieron a Jesús comiendo con tales personas, le preguntaron a los discípulos de Jesús: “¿Por qué Jesús come con los recaudadores de impuestos y pecadores?”