Nadie echa vino nuevo en odres viejos. De ser así, el vino rompería los odres y se dañaría tanto el vino como los odres. No. La gente echa el vino nuevo en odres nuevos”.
Entonces les contó un relato para enseñarles: “Nadie quita un parche de la ropa nueva para remendar la ropa vieja. De lo contrario se arruinaría la ropa nueva, y el parche no quedaría bien con la ropa vieja.
No experimentarán ninguna tentación más grande que la de ningún otro, y Dios es fiel. Él no permitirá que sean tentados más allá de lo que pueden soportar. Y cuando sean tentados, él les proporcionará una salida, a fin de que puedan mantenerse fuertes.