Entonces vio una higuera junto al camino, y se dirigió hacia ella pero no encontró ningún fruto, sino solamente hojas. Entonces le dijo a la higuera: “¡Ojalá que nunca más puedas producir fruto!” E inmediatamente la higuera se marchitó.
Él enviará a los ángeles, y reunirá a todos sus escogidos desde donde estén, desde las partes más lejanas de la tierra hasta el punto más lejano del cielo.