Si Dios no acortase esos días, nadie sobreviviría. Sin embargo, por causa de los que Dios ha escogido, él ha acortado esos días.
Si el Señor Todopoderoso no nos hubiera dejado sobrevivir a algunos de nosotros, nos habríamos convertido en Sodoma y Gomorra.
Aunque una décima parte de la población permanezca en la tierra, ésta volverá a ser destruida. Pero de la misma manera que el terebinto y el roble dejan cepas cuando son cortados, así la semilla sagrada permanecerá como cepa”.
A menos que esos días sean acortados, nadie será salvo, pero por el bien de los elegidos, esos días serán acortados.
Porque estos serán días de tribulación como nunca ha habido desde el principio de la creación de Dios hasta ahora, y nunca más habrán.
“De modo que si alguno les dice: ‘miren, aquí está el Mesías,’ o ‘miren, está allá,’ no lo crean.