Cuando ellos vengan a arrestarlos y juzgarlos, no se preocupen por lo que vayan a decir. Digan lo que se les diga en ese momento, porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo.
El Señor Dios me ha dado la capacidad de enseñar a otros, de saber animar con una palabra a los que están agotados. Él me despierta cada mañana; me ayuda a escuchar como discípulo.
“El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre entregará a su hijo. Los hijos se volverán en contra de sus padres y harán que los condenen a muerte.
“¡Cuídense! Ellos los entregarán a ustedes a las cortes para ser juzgados. Ustedes serán golpeados en las sinagogas. Y por mi causa ustedes tendrán que estar en pie frente a gobernantes y reyes, y ustedes les testificarán.
Pero antes de que todo esto suceda, ellos los tomarán a ustedes por la fuerza y los perseguirán. Los arrastrarán ante las sinagogas y los pondrá en prisión, los llevarán a juicio ante reyes y gobernantes por mi causa.
El Dios de Abraham, Isaac, y Jacob—el Dios de nuestros antepasados—ha glorificado a Jesús, su siervo. Él fue al que ustedes traicionaron y rechazaron en presencia de Pilato, incluso después de que Pilato había decidido soltarlo.
Cuando terminaron de orar, la edificación donde estaban reunidos tembló. Y todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo, y predicaban con valor la palabra de Dios.
De eso hablamos, no usando palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino lo que el Espíritu enseña. Nosotros explicamos lo que es espiritual usando términos espirituales.
En las generaciones pasadas esto no se le había explicado a nadie, pero ahora ha sido revelado a los santos apóstoles de Dios y a los profetas por medio del Espíritu,
A ellos se les explicó que lo que hacían no era para ellos mismos, sino para ustedes, pues aquello de lo que ellos hablaron, ustedes lo han aprendido de aquellos que compartieron la buena noticia con ustedes por el Espíritu Santo que el cielo envió. ¡Hasta los ángeles quieren saber sobre esto!