El segundo es: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’. Ningún otro mandamiento es más importante que estos”.
“No engañes a los demás ni les robes. No te niegues a pagar los salarios que se deben a los trabajadores hasta la mañana.
No busques venganza ni guardes rencor a nadie, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
El segundo es similar: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’.
“Traten a los demás como quieren que los traten a ustedes. Esto resume la ley y los profetas.
“Eso es correcto, Maestro”, respondió el hombre. “Es cierto lo que dices, que Dios es uno y no hay otro.
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con todo tu espíritu, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo”, respondió el hombre.
Pues toda la ley se resume en este mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Este es el mandamiento que nos dio: los que aman a Dios, amen también a sus hermanos.