Ellos entonces trajeron a Jesús el pollino, le pusieron sus abrigos encima y entonces Jesús se sentó sobre él.
Rápidamente tomaron sus mantos y los extendieron sobre los escalones desnudos. Tocaron la trompeta y gritaron: “¡Jehú es rey!”.
Estén felices y celebren, pueblo de Sión! ¡Grita, pueblo de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti. Él hace lo recto y trae la salvación; es humilde, viene montado sobre un asno—en realidad sobre un potro, que es la cría de un asno.
Entonces los discípulos respondieron tal como Jesús les había dicho, y las personas los dejaron ir.
Y muchas personas extendieron sus abrigos por el camino, mientras otros colocaban ramas que habían cortado en los campos.