Pero cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenle, para que así el Padre, que está en el cielo, también pueda perdonar los pecados de ustedes”.
“Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles para que la gente los vea. Yo les prometo que ellos ya tienen su recompensa.
El Fariseo estaba en pie y oraba, diciendo: ‘Dios, te agradezco porque no soy como otras personas, como los ladrones o criminales, adúlteros, o incluso como este recaudador de impuestos.
“Pero el recaudador de impuestos se quedó a la distancia. Ni siquiera era capaz de mirar al cielo. En lugar de ello golpeaba su pecho y oraba: ‘Dios, por favor, ten misericordia de mí. Soy un pecador’.
Sean pacientes unos con otros, perdonen a otros entre ustedes si hay algún agravio de uno contra otro. Así como el Señor los perdonó a ustedes, hagan lo mismo.