Él sanaba a muchas personas con diferentes enfermedades y expulsaba muchos demonios. Jesús no permitía que los demonios hablaran, porque ellos sabían quién era él.
Jesús, viendo que la multitud se aproximaba más, le dio orden al espíritu malo: “Espíritu que causa sordera y mudez, te ordeno que salgas de él y no regreses más”.