Eliseo dejó los bueyes, corrió tras Elías y le dijo: “Por favor, déjame ir y despedirme de mi padre y de mi madre, y luego te seguiré”. “Vete a casa”, respondió Elías. “Nunca he hecho nada por ti”.
Amigos míos, no considero que ya lo haya ganado, pero este es mi único objetivo: quitando la vista de lo que está atrás, me dispongo a alcanzar lo que está frente a mí.