Te daré las llaves del reino de los cielos, y todo lo que prohíbas en la tierra, será prohibido en los cielos; y todo lo que permitas en la tierra, será permitido en los cielos”.
Entonces comenzó a difundirse la noticia acerca de él por toda la provincia de Siria. La gente traía delante de él a todos los que estaban enfermos: personas afligidas por todo tipo de enfermedades, personas poseídas por demonios, enfermos mentales, paralíticos, y él los sanaba a todos.
Porque yo mismo estoy bajo la autoridad de mis superiores, y a la vez yo también tengo soldados bajo mi mando. Yo le ordeno a uno: ‘¡Ve!’ y él va. Mando a otro: ‘¡Ven!’ y él viene. Digo a mi siervo: ‘¡Haz esto!’ y él lo hace”.
“Les digo la verdad, todo el que cree en mí hará las mismas cosas que yo estoy haciendo. De hecho, hará cosas incluso más grandes porque yo voy ahora al Padre.
“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, por toda Judea y Samaria, y hasta en los lugares más lejanos de la tierra”.
Por medio de la fe en el nombre de Jesús este hombre fue sanado. Ustedes ven a este hombre aquí, y lo conocen. Es por la fe en Jesús que este hombre ha recibido sanidad completa aquí delante de todos ustedes.