Y todos expresaron su aprobación hacia él, asombrados por las palabras que salieron de sus labios. “¿Acaso no es este el hijo de José?” se preguntaban ellos.
Ellos dijeron: “¿No es este Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo es que ahora puede decirnos ‘yo descendí del cielo’?”
compartiendo creencias sanas que no puedan ser cuestionadas. Así, los que se oponen, se avergonzarán de sí mismos y no tendrán nada malo que decir acerca de nosotros.
El Señor Dios me ha dado la capacidad de enseñar a otros, de saber animar con una palabra a los que están agotados. Él me despierta cada mañana; me ayuda a escuchar como discípulo.
Sus padres estaban totalmente confundidos cuando vieron lo que estaba haciendo. Su madre le preguntó: “Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? ¡Tu padre y yo hemos estado terriblemente angustiados por ti! ¡Te hemos estado buscando por todas partes!”
Felipe encontró a Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquél de quien Moisés hablaba en la ley y de quien hablaban los profetas también: Jesús de Nazaret, el hijo de José”.