“Si realmente eres el Mesías, dínoslo”, dieron ellos. “Aun si se los dijera, no me creerían”, respondió Jesús.
“Si te lo digo, seguro que haces que me maten”, respondió Jeremías. “Aunque te diera un consejo, de todos modos no me escucharías”.
“Abrahán le dijo: ‘Si ellos no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerían aunque alguien volviera de entre los muertos’”.
“Y si yo les hiciera una pregunta, ustedes no la responderían.
Entonces el jefe de los sacerdotes interrogó a Jesús sobre sus discípulos y lo que él había estado enseñando.
Entonces ¿por qué me interrogan? Pregúntenles a las personas que me escucharon lo que les dije. Ellos saben lo que dije”.