Uno de ellos preguntó al hombre vestido de lino que estaba por encima de las aguas del río, “¿Cuánto tiempo pasará antes de que estas cosas escandalosas se acaben?”
Cuando Jesús se sentó en el Monte de los Olivos, los discípulos vinieron donde él estaba y en privado le preguntaron: “Por favor, dinos cuándo ocurrirá esto. ¿Cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo?”
“Pero cuando vean la ‘abominación desoladora’ en el lugar donde no debe estar (el que lee, que entienda), entonces los que estén en Judea deben correr a las montañas.
“Asegúrense que nadie los engañe”, les advirtió Jesús. “Muchas personas vendrán afirmando que soy yo, diciendo, ‘¡Aquí estoy!’ y ‘¡Ha llegado la hora!’ pero no los sigan.