un hueso roto por un hueso roto, ojo por ojo, diente por diente. Sea cual sea la forma en que hayan herido a la víctima, se les debe hacer lo mismo.
Si alguien hiere a otra persona, lo que haya hecho debe serle hecho:
“Ustedes han escuchado que la ley dijo: ‘Ojo por ojo, diente por diente’.
No muestren ninguna misericordia. La regla es vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano y pie por pie.
Adoní Bezec dijo: “Tuve setenta reyes con los pulgares y los dedos gordos de los pies cortados recogiendo las sobras de debajo de mi mesa. Ahora Dios me ha devuelto de la misma manera lo que les hice a ellos”. Lo llevaron a Jerusalén, donde murió.