“Dile a Aarón: Estas reglas se aplican a todas las generaciones futuras. Si alguno de sus descendientes tiene un defecto físico, no se le permite venir a presentar las ofrendas de su Dios.
Felices los que tú eliges para que estén cerca de ti, los que viven en tus cortes. ¡Nos deleitamos con las bendiciones que recibimos en tu casa, tu Santo Templo!
Moisés explicó a Aarón: “Esto es lo que el Señor estaba hablando cuando dijo: ‘Mostraré mi santidad a los que se acerquen a mí; revelaré mi gloria para que todos la vean’”. Pero Aarón no respondió.
“A ningún descendiente del sacerdote Aarón que tenga un defecto se le permite venir y presentar las ofrendas de comida al Señor. Debido a que tiene un defecto, no debe venir y ofrecer la comida de su Dios.
Deben ser santos para su Dios y no deshonrar la reputación de su Dios. Ellos son los que presentan las ofrendas de comida al Señor, la comida de su Dios. Por consiguiente, deben ser santos.
Entonces le dijo a Coré y a todos los que estaban con él: “Por la mañana el Señor va a demostrar quién es suyo y quién es santo, y permitirá que esa persona se acerque a él. Sólo permitirá que se acerque a él quien él elija.
Un anciano debe ser irreprochable, casado con una mujer, debe tener dominio propio, ser equilibrado, sensible, hospitalario, y con capacidad de enseñar.