No debe casarse con una viuda, una mujer divorciada, o con una que se haya vuelto impura a través de la prostitución. Tiene que casarse con una virgen de su propio pueblo,
“El sacerdote no debe casarse con una mujer que se ha vuelto impura por la prostitución o que se ha divorciado de su marido, porque el sacerdote debe ser santo para su Dios.