No debe salir para tratar asuntos de un difunto o hacer que el santuario de su Dios sea impuro porque ha sido dedicado por el aceite de la unción de su Dios. Yo soy el Señor.
No debe casarse con una viuda, una mujer divorciada, o con una que se haya vuelto impura a través de la prostitución. Tiene que casarse con una virgen de su propio pueblo,
“El sacerdote no debe casarse con una mujer que se ha vuelto impura por la prostitución o que se ha divorciado de su marido, porque el sacerdote debe ser santo para su Dios.
Sufro de una agonía por el celo divino que siento por ustedes, pues les prometí un solo esposo—Cristo—a fin de presentarlos a ustedes como una mujer virgen y pura para él.
Ellos no se habían contaminado al pecar con mujeres. Eran espiritualmente vírgenes. Son los que siguen al Cordero dondequiera que él va. Fueron redimidos de la humanidad como primicias para Dios y el Cordero.