“Un hombre que tiene sexo con la esposa de su tío trae vergüenza a su tío. Ellos serán responsables de su pecado; morirán sin tener hijos.
No tienen hijos ni descendientes en su pueblo, ni supervivientes donde solían vivir.
Que todos sus descendientes mueran; que el nombre de su familia sea borrado en la siguiente generación.
Esto es lo que dice el Señor: Anota a este hombre como si no tuviera hijos. Es un hombre que no tendrá éxito en toda su vida. Ninguno de sus hijos tendrá éxito tampoco. Ninguno de ellos se sentará en el trono de David ni será rey en Judá.
No avergüences a tu tío teniendo sexo con su esposa. Ella es tu tía.
“Un hombre que se casa con la mujer de su hermano hace algo que es impuro. Ha avergonzado a su hermano; la pareja no tendrá hijos.
“El Señor ha hecho esto en mi favor”, dijo ella, “ahora que ha quitado la desgracia que tenía ante los ojos de los demás”.
Ellos no tenían hijos porque Isabel no podía concebir, y ya estaban envejeciendo.
Porque viene el tiempo cuando dirán: ‘Felices las que no tiene hijos, y las que nunca tuvieron bebés, y las que nunca amamantaron’.