que diste por medio de tus siervos los profetas, diciéndonos: ‘La tierra en la que vais a entrar para convertiros en sus dueños está contaminada por los pecados de sus pueblos, por las repugnantes prácticas religiosas de las que la han llenado, de un lado a otro.
¡Cuidado! El Señor viene desde donde vive para castigar a los pueblos de la tierra por sus pecados. La tierra revelará la sangre que se ha derramado en ella; la tierra ya no ocultará a los que han sido asesinados.
Esto es lo que el Señor dice de su pueblo: Les encanta alejarse de mí; ni siquiera intentan evitarlo. Por eso el Señor se niega a aceptarlos. Ahora se acordará de sus acciones culpables y los castigará por sus pecados.
Primero voy a pagarles el doble por su maldad y su pecado, porque han ensuciado mi tierra con los cuerpos sin vida de sus repugnantes ídolos, llenando mi país especial con sus ofensivas imágenes paganas.
Los llevé a una tierra productiva para que comieran todo lo bueno que allí crece. Pero ustedes vinieron y ensuciaron mi tierra, haciéndola ofensiva para mí.
Esto es lo que el Señor, el Dios de Israel, dice de los pastores que debían cuidar a mi pueblo: Ustedes han dispersado mi rebaño. Los han ahuyentado y no los han cuidado, así que ahora me ocuparé de ustedes por todo el mal que han hecho, declara el Señor.
Yo la castigaré por todas las veces que le ofreció incienso a Baal, vestida, usando anillos y joyas, buscando a sus amantes, y olvidándose de mi, dice el Señor.
Vienen a presentarme sus sacrificios y se comen la carne, pero yo, el Señor, no los acepto. Ahora él recordará su maldad y los castigará por sus pecados. Ellos volverán a Egipto.
“Peroustedes deben hacer lo que yo os diga y guardar mis reglas. No deben hacer ninguno de estos actos repugnantes, ya sea un israelita o un extranjero que viva entre ustedes.
no dejes el cuerpo colgando allí de la noche a la mañana. Asegúrate de enterrar el cuerpo el mismo día, porque cualquiera que sea colgado está bajo la maldición de Dios. No profanen el país que el Señor su Dios les ha dado para que lo posean.
No es porque tú seas un pueblo bueno con muy moral que irás a apoderarte de su tierra. Sino que es por la maldad de ellos que el Señor tu Dios está echando a estas naciones delante de ti, para cumplir la promesa que les hizo a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.