Tomará un poco de sangre del toro y con su dedo la rociará en el lado este de la tapa de expiación. También rociará un poco con su dedo siete veces delante de la tapa de la expiación.
Pues si la sangre de cabras y toros, y las cenizas de vaca rociadas sobre lo que está ritualmente impuro pueden hacer que el cuerpo esté ceremonialmente puro,
Esto no tiene como fin ofrecerse repetidas veces, como un sumo sacerdote que tiene que entrar al Lugar Santísimo después de un año, ofreciendo sangre que no es suya.
Pero solo el sumo sacerdote entraba a la segunda sala, y solo una vez al año. Incluso en ese momento tenía que hacer un sacrificio que incluyera sangre, el cual era ofrecido por sí mismo y por los pecados que el pueblo hubiera cometido por ignorancia.