Por otro lado, si es un manantial o una cisterna que contiene agua, entonces permanecerá limpia, pero si tocas uno de estos cadáveres en ella estarás sucio.
Cualquier cosa sobre la que caiga uno de sus cadáveres se vuelve inmunda. Si se trata de un horno o una estufa, debe ser aplastado. Es permanentemente impuro para ti.
Pero los que beban del agua que yo doy, no volverán a tener sed de nuevo. El agua que yo doy se convierte en una fuente de agua rebosante dentro de ellos, dándoles vida eterna”.