“Cualquier cosa que uno de ellos muera y caiga sobre él se vuelve inmundo. Sea lo que sea, algo hecho de madera, ropa, cuero, tela de saco o cualquier herramienta de trabajo, debe ser lavado con agua y será impuro hasta la noche. Entonces se volverá limpio.
El sacerdote las sacrificará, una como ofrenda por el pecado y la otra como holocausto. Así es como el sacerdote pondrá al hombre delante del Señor por su descarga.
“Todo israelita o extranjero que coma algo que haya sido encontrado muerto o matado por animales salvajes debe lavar sus ropas y lavarlas con agua, y estarán inmundos hasta la noche. Entonces estarán limpios.