Los que se dedican y se hacen puros para entrar en los jardines sagrados, para adorar al ídolo colocado en el centro, y para comer cerdo y alimañas y ratas y otras cosas repugnantes: todos ellos morirán juntos, dice el Señor.
Ya no deberíamos ser más como niños, sacudidos por cualquier viento de doctrina, confundidos por los engaños humanos, y conducidos al error por personas astutas que hacen planes engañosos;
Ellos terminarán completamente perdidos, pues estas personas tienen como “dios” sus propios deseos físicos y están orgullosos de cosas que deberían avergonzarles, pues piensan solo en las cosas de este mundo.