Al séptimo día después de esto el sacerdote lo inspeccionará de nuevo. Si la mancha se ha desvanecido y no se ha extendido sobre la piel, el sacerdote declarará a la persona limpia ya que era un sarpullido. Deben lavar su ropa y estarán limpios.
“El que se limpia debe lavar su ropa, afeitarse todo el pelo y lavarse con agua; entonces se limpiará ceremonialmente. Después de eso pueden entrar en el campamento, pero deben permanecer fuera de su tienda durante siete días.
“Una vez que la secreción se haya curado, el hombre debe asignar siete días para su proceso de limpieza, lavar sus ropas y lavarse con agua fresca, y estará limpio.
El sacerdote las sacrificará, una como ofrenda por el pecado y la otra como holocausto. Así es como el sacerdote pondrá al hombre delante del Señor por su descarga.
“Todo israelita o extranjero que coma algo que haya sido encontrado muerto o matado por animales salvajes debe lavar sus ropas y lavarlas con agua, y estarán inmundos hasta la noche. Entonces estarán limpios.
El hombre que recogió las cenizas de la vaca lavará también sus ropas, y permanecerá impuro hasta la noche. Esta es una regla permanente para los israelitas y para el extranjero que vive con ellos.
“El hombre que está limpio debe rociarte tanto al tercer día como al séptimo día. Después de que te purifiques al séptimo día, debes lavar tu ropa y a ti mismo en agua, y esa noche estarás limpio.
acerquémonos a Dios, con mentes sinceras y plena confianza. Nuestras mentes han sido rociadas para purificarlas de nuestros malos pensamientos, y nuestros cuerpos han sido lavados y limpiados con agua pura.
Pues esos son solamente requisitos religiosos, que tienen que ver con la comida y la bebida, y diversas ceremonias que implican el lavamiento, las cuales fueron impuestas hasta que llegó el tiempo en que Dios estableció una nueva forma de relacionarnos con él.
Esta agua simboliza el bautismo que los salva ahora, no limpiando la suciedad de sus cuerpos, sino como una respuesta positiva a Dios, que surge de una conciencia limpia. La resurrección de Jesús es la que posibilita la salvación.
Y yo respondí: “Mi Señor, tú sabes la respuesta”. Entonces me dijo: “Estos son los que han pasado por gran persecución. Y han lavado sus túnicas, blanqueándolas por medio de la sangre del Cordero.