Todo el que toque lo que estaba debajo de él será impuro hasta la noche. Cualquiera que recoja estas cosas tiene que lavar su ropa y lavarse con agua, y serán inmundos hasta la tarde.
Si el hombre con la secreción toca a alguien sin lavarse las manos primero con agua, la persona que fue tocada tiene que lavar su ropa y lavarse con agua, y será impura hasta la noche.
El sacerdote las sacrificará, una como ofrenda por el pecado y la otra como holocausto. Así es como el sacerdote pondrá al hombre delante del Señor por su descarga.
“Si uno de los descendientes de Aarón tiene una enfermedad de la piel o una secreción, no se le permite comer las ofrendas sagradas hasta que esté limpio. Cualquiera que toque algo que se haya vuelto impuro por un cadáver o por un hombre que haya tenido una liberación de semen,
Si tocas algo sucio como el cadáver de un animal salvaje impuro o animales de granja o bichos, incluso si no eres consciente de ello, serás impuro y culpable.
Cualquiera que toque algo impuro, ya sea de una persona, un animal impuro o una cosa inmunda repugnante, y luego coma carne de la ofrenda de paz dada al Señor, debe ser expulsado de su pueblo”.
Si murieron con Cristo a las exigencias religiosas en las que insiste este mundo, ¿por qué se sujetarían a tales exigencias como si aún fueran parte de este mundo?
De otro modo, Cristo habría tenido que sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Pero no fue así: fue solo una vez al final de la era presente que él vino a eliminar el pecado al sacrificarse a sí mismo.