Cuando los israelitas vieron que Abimelec estaba muerto, se fueron todos a sus casas.
Entonces Joab tocó el cuerno de carnero, y sus hombres dejaron de perseguir a los israelitas porque Joab les había indicado que se detuvieran.
Deshazte de los burlones y acabarás con el conflicto. Entonces no habrá discusiones ni insultos.
Rápidamente llamó al joven que llevaba sus armas y le ordenó: “Saca tu espada y mátame, para que no digan de mí que lo mató una mujer”. Entonces el joven lo atravesó con su espada, y murió.
Así pagó Dios a Abimelec el crimen que cometió contra su padre al asesinar a sus setenta hermanos.