Cuando Zebul, el gobernador de la ciudad, escuchó lo que decía Gaal, se enojó mucho.
Gaal, hijo de Ebed, se había trasladado a Siquem con sus parientes, y se ganó la lealtad de los dirigentes de Siquem.
¡Si yo fuera el encargado de ustedes, me desharía de Abimelec! Le diría: ‘¡Reúne a tu ejército y ven a luchar!’”.
Envió secretamente mensajeros a Abimelec para decirle: “Mira, Gaal, hijo de Ebed, y sus parientes han llegado a Siquem, y están incitando al pueblo a rebelarse contra ti.
Abimelec regresó a Arumá, mientras Zebul expulsaba a Gaal y a sus parientes de Siquem.