Cuando murió Husam, Hadad, hijo de Bedad, asumió el cargo de rey. Fue él quien derrotó a los madianitas en el país de Moab, y el nombre de su ciudad era Avit.
Cada hombre mató a su oponente, y los arameos huyeron. Los israelitas los persiguieron, pero Ben Adad, rey de Aram, escapó a caballo con su caballería.
Envió mensajeros por todo el territorio de Manasés, llamándolos para que se unieran a él, y también a Aser, Zabulón y Neftalí, para que también vinieran y se unieran a los demás.