Luego construye un altar al Señor, tu Dios, en la forma debida, en la cima de la colina. Con la madera del poste de Asera que cortaste como leña, toma el segundo toro y preséntalo como holocausto”.
“Tómala, y tu majestad podrá usarla para hacer ofrendas como mejor te parezca”, le dijo Arauná a David. “Aquí están los bueyes para los holocaustos, y aquí están las tablas de trillar y los yugos para los bueyes para la leña.
Esa noche, el Señor le dijo a Gedeón: “Toma el toro de tu padre y un segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal de tu padre, y corta el poste de Asera que está al lado.
Gedeón, acompañado por diez de sus siervos, hizo lo que el Señor le había dicho. Sin embargo, como tenía miedo de su familia y de el pueblo del pueblo, lo hizo durante la noche y no de día.
El carro entró en el campo de Josué de Bet-semes y se detuvo allí junto a una gran roca. El pueblo cortó la madera del carro y sacrificaron las vacas como holocausto al Señor.