Gedeón fue y cocinó un cabrito y coció panes sin levadura con un efa de harina. Puso la carne en una cesta y el caldo en una olla. Los sacó y se los presentó al ángel bajo la encina.
También permítanme traerles algo de comer para que puedan recobrar sus fuerzas cuando sigan el camino, ahora que ha venido a visitarme”. “Nos parece bien”, respondieron ellos. “Haz lo que has dicho”.
“Si tu ofrenda es de grano cocido en un horno, debe ser hecha de harina fina sin usar levadura. Pueden ser pasteles mezclados con aceite de oliva o barquillos con aceite de oliva untado en ellos.
Y les contó otro relato ilustrado: “El reino de los cielos es como la levadura que una mujer mezcló con una gran cantidad de harina, hasta que toda la masa creció”.
Mientras la llama del altar ardía en el cielo, el ángel del Señor ascendió en la llama. Manoa y su esposa vieron lo que sucedía y cayeron con el rostro en tierra.