Los ancianos de la asamblea preguntaron: “¿Qué haremos para suplir a las esposas restantes, porque todas las mujeres de Benjamín han sido destruidas?”
El pueblo se compadeció de los benjamitas porque el Señor había hecho este vacío entre las tribus israelitas.
Añadieron: “Tiene que haber herederos para los supervivientes benjaminitas; una tribu israelita de Israel no puede ser aniquilada.