Algunos de los benjamitas que quedaron corrieron hacia la Roca de la Granada en el desierto, y los israelitas mataron a otros cinco mil hombres en el camino. Persiguieron a otro grupo de benjamitas hasta Guidón y mataron a otros mil.
Lograron encontrar entre los habitantes de Jabés Galaad cuatrocientas vírgenes que no habían tenido relaciones sexuales con un hombre. Las llevaron al campamento de Silo, en la tierra de Canaán.
Así que los hombres de Benjamín regresaron a sus casas y les dieron como esposas a las cuatrocientas mujeres de Jabes Galaad que se habían salvado. Sin embargo, no había suficiente para todos ellos.