Los benjamitas vieron que estaban derrotados. Los israelitas habían retrocedido ante los benjamitas porque confiaban en que la emboscada que habían preparado cerca de Guibeá tendría éxito.
Así que el Señor derrotó a Benjamín ante Israel. Ese día los israelitas mataron a veinticinco mil cien benjamitas, todos armados con espadas.