David le preguntó al Señor qué hacer. El Señor le respondió: “No los ataques directamente, sino que rodea por detrás de ellos y atácalos frente a los árboles de bálsamo.
Harás con Hai y su rey lo mismo que hiciste con Jericó y su rey. Sin embargo, esta vez podrán quedarse con el botín y el ganado. Preparen una emboscada detrás de la ciudad”.
Diez mil aguerridos guerreros israelitas atacaron Guibeá, y la lucha fue tan intensa que los benjamitas no se dieron cuenta de que estaban al borde del desastre.