Entonces los cinco hombres que habían ido a explorar la tierra de Lais dijeron a los demás miembros de la tribu: “¿Se dan cuenta de que aquí, en estas casas, hay un efod, dioses domésticos y un ídolo tallado, una imagen hecha con plata fundida? Así que ya saben lo que deben hacer”.
En aquella época Israel no tenía rey. Un levita que vivía en una zona remota de la región montañosa de Efraín se casó con una esposa concubina de Belén de Judá.